Niños pre y escolares.
La salud mental se inicia desde el el cuidado prenatal y en la infancia y depende inicialmente del amor de los cuidadores y padres.
Desde el nacimiento a la pubertad, son muchos los padecimientos que se inician en la infancia. Falsa es la creencia de que todos los niños son felices. Factores como la negligencia o el abuso, pueden alterar permanentemente el sistema nervioso y producir enfermedades de largo plazo.
Pueden deprimirse y manifestarse la depresión con diferentes síntomas según la etapa del desarrollo por la que atraviesan.
Enfermarse de ansiedad que se presenta en múltiples formas, como respuesta a predisposiciones genéticas o individuales aún con los mejores cuidados paternos o a un medio ambiente negativo que puede y debe modificarse. Problemas de sueño, de alimentación, escolares, de relación, miedos, fobias etc. afortunadamente existen cada vez mejores tratamientos para estos niños que no sólo los curan sino no les hacen daño y previenen males futuros.
Además muchas de las enfermedades mentales que se manifiestan francas y completas en la adolescencia o vida adulta, pueden ser reconocidas desde la niñez, mejorando el pronóstico al tratarlas tempranamente.
En cada etapa del desarrollo el niño adquiere habilidades y aprende de acuerdo a su nivel de madurez. Es importante que los padres sepan que puede esperarse de su niño en las diferentes edades y buscar en internet la etapa de desarrollo de acuerdo a su edad es actualmente imprescindible.
El miedo, pena, timidez exagerada, la poca socialización o la excesiva agresividad, impulsividad, hiperactividad, imprudencia o desatención y conducta molestosa y disruptiva en la escuela, la calle y la casa o la indiferencia al medio o expresiones emocionales inapropiadas son señales de alarma. Ésto pude suceder, aún teniendo los mejores padres, implicados en su atención y educación con disponibilidad de tiempo, afecto y conocimientos adecuados, más aún en los casos que describo a continuación.
Niños de la calle, huérfanos de guerra, etc.
Los niños carentes de cuidados, cuyas necesidades básicas no sólo físicas sino psicológicas no son cubiertas, reaccionaran a esta agresión con síntomas, tanto más graves mientras más prolongada y seria sea la condición.
Niños abusados física, sexual o laboralmente o en condiciones de calle, desarrollarán más tarde enfermedades graves y deformarán su personalidad.
Hijos de padres que consumen sustancias serán producto de familias mal o desintegradas con consecuencias para su propia formación.
El pronóstico de las enfermedades mentales empeora mientras más temprano se manifiestan, sin embargo mientras más tempranamente se tratan, la posibilidad de volverse crónica disminuye.
Con frecuencia los padres se niegan a continuar una terapia infantil cuando esta requiere cambios en el estilo de vida de uno o ambos padres.