Contamos con programas de Rehabilitación en Adicciones
“La rehabilitación es necesaria para tener calidad de vida…date la oportunidad de vivir mejor”.
Leer Mas
Reconocer la depresión enferma es muy importante, pues si ésta enfermedad no se trata con el Psiquiatra a tiempo, con los medicamentos adecuados y por el tiempo indicado, puede a corto plazo llevar al suicidio, divorcio, ruptura de relaciones, desempleo, deserción escolar y propensión a accidentes por desatención.
Difícilmente el paciente dice “estoy deprimido”, más bien se describe como triste, con llanto inmotivado y descontrolado, con pensamientos cada vez más pesimistas, la tendencia a la negatividad y lentitud se observa en sus sentimientos, pensamientos y actos. Pierde la capacidad de ilusionarse, de divertirse, y las cosas que antes lo entusiasmaban ahora no tienen sentido. No hay un motivo identificable y si lo hay o son varios, no son proporcionales al cuadro clínico. En vez de desaparecer la depresión con las medidas lógicas habituales como: “pide consejo; ten fe; pon de tu parte; sal y diviértete; mira lo bueno que tienes; el tiempo todo lo cura; solo está en tu mente; tú puedes controlarlo”; a pesar de tratar de ponerlas en práctica se agrava el cuadro y persiste más de 2 o 3 semanas que es el tiempo en que una depresión normal desaparece sin medicarse. Comienza a interferir en todos los ámbitos de la vida. El insomnio inicialmente al amanecer se vuelve general y luego total. La mente no para de pensar cosas negativas pasadas, presentes y futuras, con desesperanza de cura y sensación personal de inutilidad, que posteriormente se convierte en la idea de estar haciendo daño a quienes lo aman. Hay una baja notoria del rendimiento de acuerdo a la edad y un abandono personal gradual, desde la apariencia a la higiene y finalmente el instinto de conservación, el paciente deja de dormir, de comer, se retrae y tiende a ser solitario, callado, con aspecto y actitud de fastidio y desinterés al medio y a las personas. En el extremo el sufrimiento moral y culpas por errores pasados son tan fuertes, que comienzan ideas de “como si me muriera”, “que Dios me mande la muerte” y finalmente ideación, intención, planeación suicida y suicidio consumado.
Se acompaña frecuentemente de angustia muy intensa, que a veces encubre la depresión haciendo más difícil reconocerla, por todos los síntomas físicos que acompañan a la ansiedad y que a veces lleva a buscar la solución en otras especialidades o alternativas que retrasan el diagnóstico y la curación. La angustia se genera en el cerebro pero se refleja en el corazón con aceleración o lentitud de los latidos, sensación de “vuelcos”; también en la presión arterial que puede subir, sudoración, aumento de temperatura, sensación de peligro físico o muerte inminentes. Los intestinos y la vejiga se aceleran con urgencia de defecar u orinar con más frecuencia. Falta de aire. Puede dar la sensación de nudo o garganta cerrada que impide tragar y la tensión muscular generalizada puede simular enfermedades en los oídos (zumbidos), de la vista (visión borrosa) o dolor en todo o partes del cuerpo.
A pesar de los avances en la cultura, algunos médicos y pacientes ven a la Psiquiatría como último recurso en vez de el primero en éste tipo de enfermedades, piensan que los medicamentos que usamos son adictivos y no es así, y que la especialidad es solo para fallas extremas de juicio, éstos estigmas evitan que los enfermos depresivos acudan de primera instancia retrasando la curación, aumentando los riesgos y como ya se ha comprobado, mientras más se tarda en tratarse, mayor es a largo plazo el daño cerebral, físico, bioquímico, magnético y eléctrico en ciertas zonas del cerebro y puede volverse crónica.