Psiquiatría, solución vergonzosa.
Quien sufre o tiene en casa a alguien con padecimientos emocionales o mentales sabe que acudir a un Psiquiatra es útil, necesario y en la mayoría de veces una solución. Pero de todas las especialidades de la medicina, es la Psiquiatría, rama de la Medicina Interna, la mas desconocida, menos comprendida y comprensible, aún para otras especialidades médicas.
No ha dejado aún de ser vergonzoso o motivo de burla, decir que alguien acude al Psiquiatra.
El médico general o de otra especialidad, teme pedir nuestra opinión experta, por temor a ofender al paciente o la familia al enviarlo. Éstos temen acudir si los envían, pensando: “No estoy loco” “Me van a drogar o a meter a un manicomio y voy a quedar peor” o bien la familia dice “Se va a ofender con nosotros y nunca nos va a perdonar haberlo llevado al “loquero”, “no debe enterarse nadie”. Desafortunadamente la incomprensión social hace que tengan razón pues puede dañar su trabajo, prestigio o reputación y ser motivo de discriminación o desautorización de sus juicios.
Cuando llegué a Mérida en 1978 después de la especialidad, me encontré con un panorama
de Médicos y pacientes que se mostraban renuentes a derivar o ser enviados al Psiquiatra, pensando que los Psiquiatras utilizamos solo métodos arcaicos, muy alejados de la medicina o sin bases científicas y solamente para tratar la locura, la cual desde el inicio de los siglos, infunde miedo y rechazo social. La mayoría desconoce que la mala función química, magnética o eléctrica del cerebro y sus múltiples órganos internos aún en estudio, pueden producir enfermedades como la depresión, la ansiedad, o discapacidades como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad o impulsividad, y deficiencias propias del deterioro natural como las demencias y psicosis también provocadas por el uso de diversas sustancias legales o ilegales como el alcohol, tabaco u otras drogas. Desconocen que existen tratamientos que pueden curar o controlar la mayoría de los padecimientos mentales o emocionales o en el peor de los casos evitar la recaída o la progresión de padecimientos crónicos, mejorando la calidad de vida de los pacientes y sus familias.
Es común que en los trabajos descalifiquen a jefes o empleados al enterarse que tienen un padecimiento mental, o sancionen al deprimido o ansioso que no puede laborar pensando que finge su padecimiento emocional o moral.
Me dí entonces a la tarea no remunerada pero continua, de desmitificar a la Psiquiatría, a su práctica y a los compañeros médicos que la ejercen, a través de la formación de la Asociación Psiquiátrica de Yucatán AC. que funcionó varios años antes de que fundáramos un grupo mas numeroso de Psiquiatras y médicos dedicados por años a la salud mental, el
Colegio de Psiquiatras del Estado de Yucatán AC. entre otros objetivos para tratar de evitar que nuestros pacientes que fueran etiquetados como “locos” descalificando sus juicios y haciéndolos frecuentemente objeto de burlas y chistes o considerándolos peligrosos, evitando infundir así temor en su familia, en la sociedad y provocando su aislamiento. Ésto yo en lo personal lo intentaba lograr también a través de artículos publicados en los periódicos, trayendo a la Ciudad eventos informativos, organizando congresos con otras Asociaciones de colegas y ramas de la Medicina, y con mi participación en programas de T.V. durante varios años.
36 años después veo con tristeza que los frutos aún no son suficientes, aunque otros Psiquiatras se han dado también a la tarea de educar a la población a través de los medios masivos de difusión falta mucho por lograr. En la opinión pública, aún pesan más las películas y series como Hánnibal, o las ocasionales e infortunadas situaciones que, a lo largo de la vida y como cualquier otro ser humano puede vivir algún compañero Psiquiatra en particular, pero a las que periódicos u otros medios masivos de difusión
amarillistas les dan tal importancia negativa que influyen en la opinión y el ánimo del público también negativamente en contra de toda ésta especialidad médica y sus tratamientos, Logran minimizar la grandeza del esfuerzo y los años que cada Psiquiatra y como grupo de Profesionales médicos dedicamos al estudio, con el sacrificio costoso de mantenerse actualizado para ayudar a los pacientes, a veces a deshoras, en fines de semana o interrumpiendo vacaciones y siempre cuidando la ética y confidencialidad de cada persona, pareja y familia que acude a nosotros por ayuda y de quienes desde ese momento nos sentimos responsables. La sociedad generaliza y 1 error opaca miles de aciertos. Hasta el momento he tratado mas de 7,000 personas con sus familias y debido al Tabú, ninguna da un testimonio público de como fue ayudada, aunque en privado lo hacen, llenándonos de satisfacción, orgullo y gusto. Pero 1 error vende más notas y llama morbosamente la atención pública, pudiendo terminar en un solo día con el prestigio de años de cualquiera, con su estabilidad familiar, económica y a veces con la libertad, ante una sola duda.
Durante los siglos XIX y XX los métodos de tratamiento estaban aún lejos de la prueba y evidencia científica. Pero a mediados del siglo XX y más a finales de los 70´s, se iniciaron tratamientos farmacológicos progresivamente mas efectivos y métodos de estudios que han apoyado su uso. Hace 25 años que los medicamentos son no solo cada vez mas efectivos sino mas seguros, la mayoría no producen adicción como los previos y son producto de investigaciones serias y éticas.
Desde los 90´s llamada “la década del cerebro”y durante 24 años se ha avanzado mucho en el estudio de éstos complejos sistemas neuronales llamado sistema nervioso central, con imágenes cada vez mas nítidas y precisas de las estructuras del cerebro en reposo y en
funcionamiento, que antes solamente podían verse en cadáveres y ahora con métodos de Imagenología nos permiten entender que zonas se activan o inhiben cuando alguien vive, piensa, siente o imagina determinadas situaciones o experimenta dolor u otra sensación o emoción. Se ha avanzado, creando medicamentos con funciones cada vez mas específicas que nos permiten saber donde y como van a actuar los medicamentos en el cerebro y resto del cuerpo y otros métodos de tratamiento novedosos como las terapias de tipo cognitivo conductual, la psico educación, y mejores técnicas de psicoterapia médica y psicológica, la terapia magnética transcraneal etc. además de las ya conocidas fármaco terapias siempre en evolución y la ya conocida como efectiva y no peligrosa terapia de estimulación eléctrica cerebral.
Estamos aún lejos aún de que los colegas médicos nos envíen a los pacientes con el mismo reconocimiento con que envían a otras especialidades de la medicina Interna a la que nuestra sobre especialidad pertenece. Es por ésto que los pacientes tardan en llegar al tratamiento adecuado pues después de muchos ensayos y errores, de consultas con otras especialidades médicas, estudios diversos, medicamentos y a veces cirugías innecesarias; pasando luego por charlatanes, consejeros, directores espirituales y otras terapias
alternativas (que son tan útiles en combinación con un adecuado tratamiento psíquico y médico), finalmente acuden al Psiquiatra y reciben tratamiento específico para su padecimiento en combinación con las recomendaciones de ejercicio físico, medidas higiénico dietéticas o espirituales, que solas no habían funcionado y que toda vez que se ha restablecido el funcionamiento normal del sistema nervioso central, pueden entonces mostrar toda su utilidad.
Éstos grupos de pacientes que tienen la mala fortuna, por motivos diversos, de enfermar del cerebro y por tanto de sus funciones como las emociones, la mente, o pasan por situaciones sociales que rebasan su capacidad de solución y por ésto buscan ayuda con nosotros, en vez de ser rechazados o aislados deben ser ayudados por amigos, familia y sociedad a acudir lo mas pronto con el Psiquiatra y a tomar sus medicamentos tal como se les indica, por el tiempo adecuado, en las dosis correctas, evitando que abandonen su tratamiento, para que puedan a cualquier edad volver a amar y trabajar, reintegrarse a la sociedad en forma productiva, positiva y disfrutar con calidad de vida.