Alcoholismo.
Es una enfermedad Neuro- Psiquiátrica, consistente en una incapacidad de controlar la cantidad y frecuencia crecientes de alcohol ingerida, y las conductas que provoca la borrachera. No puede dejar de beber alcohol a pesar de la evidente pérdida de la salud mental durante ella y del deterioro físico durante las supresiones o “crudas” así como también a largo plazo. Y una necesidad inadvertida, pero imperiosa de aumentar progresivamente la cantidad y frecuencia de la droga alcohol , para obtener la sensación de gratificación y los efectos benéficos iniciales que antes obtenía con pocas y menores cantidades.
El alcohol es una sustancia que gratifica, alivia, tranquiliza y produce gran placer en poca cantidad. Nuestro cuerpo la produce en cantidades adecuadas y las libera en el momento útil como gratificación a determinadas conductas al servicio de la supervivencia psíquica, física y social.
Es una droga como otras, de consumo recreacional, muy adictiva, presente en todas las festividades familiares y sociales, muy mal regulada legalmente, a pesar de que produce evidentes daños a la salud en cualquier graduación o presentación comercial, sean personales, familiares o sociales debido a que representa un gran negocio para gente de mucho poder.
Quienes lo fabrican se encargan con la propaganda engañosa, de disminuir la percepción social del peligro que representa para sociedad, la familia y el individuo por lo que es muy tolerada familiar y socialmente, viendo y tolerando su consumo como normal. Ven normal que sus hijos se droguen con alcohol desde los 13 años, algunos padres se las proporcionan “para que aprendan a usar ésta droga socialmente con ¡responsabilidad!; no les preocupa que beban sino las consecuencias inmediatas como que manejen bebidos y los lleven a la cárcel.
El dios grecolatino del alcohol es Baco ( o Dionisios, hijo de Júpiter y Semele) un bello joven a quien Sileno le enseñó a plantar la viña y las musas el canto y la danza. Se utiliza el alcohol en todas las festividades y hasta en los congresos donde se discuten los efectos negativos que produce.
La intoxicación aguda con alcohol se ilustra bien con el mito de la asociación del diablo con Noé, cuando plantó los primeros viñedos para comer uva fresca, seca y en forma de vino para calentar la sangre del cuerpo y el espíritu; y para celebrarlo, sacrificaron un cordero, un león, un mono y un cerdo para que la sangre de cada uno fecundara las raíces de las vides. En los 2 primeros tragos, el hombre es un cordero inofensivo y sociable, el alcohol libera el espíritu, aleja las preocupaciones y pone a flote sentimientos de amor y de amistad que pueden expresarse con mayor facilidad, “tú eres mi amigo, mi hermano”, es vehículo de cordialidad social; pero con el exceso se siente como el león orgulloso y seguro de sus fuerzas, agresivo y pendenciero, presume y busca predominar “yo soy tu padre”; al beber más, habla incoherente y con impropiedad e imprudencia, de más, sin control de sus sentimientos y se comporta desordenadamente, impulsivamente, se pone en ridículo, sin control, se comporta idiota, como un mono inquieto. Pero si bebe aún más, demente, caerá al suelo entre su alimento, su orina, sus heces y su porquería como un cerdo.
El alcohol a pocas dosis, no solamente es un excelente controlador de ansiedad (tal vez el mejor) y promotor del contacto social al disminuir la inhibición de la conducta social y liberarla , sino que es un depresor del sistema nervioso a grandes dosis, no solo al consumirlo en forma aguda sino también crónica, creando a corto y largo plazo legiones de depresivos y puede producir la muerte personal o de otros por imprudencia, suicidio , congestión, coma profundo y paro cardio respiratorio.
Quienes habitualmente beben alcohol en exceso, necesitan cada vez mayor cantidad para sentir los buenos efectos que antes obtenían con 1 o dos tragos y el cuerpo tolera y se acostumbra a funcionar con cantidades cada vez mayores sin consecuencias aparentes, aunque en realidad sí daña todo el organismo y desarrollan dependencia física y emocional al alcohol, llamada alcoholismo.
El alcohol, es una droga legal , en cualquiera de sus presentaciones (cerveza, licor, vinos y otros fermentados y destilados.) y cuando es bebida en exceso, enferma e inflama todo el organismo, incluyendo el sistema nervioso, altera y mata como otras drogas ilegales pero tiene características propias de las que hablaremos. Afecta al cerebro y todas las funciones que nos distinguen como humanos, cada borrachera es una psicosis aguda en la que se altera el alma, la conducta, los sentimientos, los pensamientos, el buen juicio y la memoria que a veces se borra en amnesias transitorias, vuelve a la persona mas egoísta y menos espiritual, menos educado y menos higiénico, produciendo lentamente demencia. Por lo tanto no es recomendable su consumo por personas con algún padecimiento físico o mental pues dificulta su curación o el control de cualquier enfermedad crónica. Produce siempre depresión del sistema nervioso que se caracteriza por flojera, tristeza, apatía y una forma de encarar la vida y de sentirse en el mundo negativamente.
Los humanos, cuando excedemos la cantidad de alcohol que puede metabolizar nuestro cuerpo a través de las enzimas deshidrogenasas del hígado, enfermamos gradual y progresivamente en forma lenta pero crónica y mortal.
Vamos a destacar los daños físicos que el alcohol produce en forma general y luego refiriéndonos a cada aparato o sistema para mejor comprensión.
METABOLISMO:
El alcohol como otras drogas legales e ilegales, altera el metabolismo de las vitaminas, de las proteínas y de cada una de las células del cuerpo a las que inflama y daña, disminuyendo su capacidad de funcionar en cada órgano y sistema y bajado las defensas en general, volviendo a todo el organismo mas propenso a enfermedades.
APARATO DIGESTIVO:
Por las mañanas el alcohólico siente náuseas y regurgita contenido bilioso que quema el esófago, otras veces tiene arcadas secas. El paciente lo atribuye a la combinación con tabaco en exceso, y a la tos consecuencia de la irritación de la garganta, cuyo consumo al igual que el de otras drogas ilegales se estimula con la ingesta de alcohol, pero no es raro que sea debido a gastritis erosiva por alcohol, o esofagitis. El ardor se calma y los síntomas nerviosos (producidos por la baja brusca de alcohol en la sangre durante la sedación y el sopor que produce el exceso previo, llamado cruda), se calman al igual que las molestias del estómago, con un poco de alcohol. Es frecuente la ulceración o várices de la mucosa del estómago y esófago y en fases avanzadas sangrados. La pancreatitis es común, al igual que las enteritis irritativas por el alcohol o las erosivas. A veces requieren cirugía urgente, sea del estómago, o del páncreas. Las arterias y venas del hígado, cuando hay hepatitis alcohólica, aumentan exageradamente su presión y pueden contribuir a vómitos o diarrea de sangre fresca o ya coagulada en caso de cirrosis. Por éstas causas no es rara la falta de vitaminas sobretodo del complejo B que producen pelagra y demencia por mala nutrición. La hepatitis o la cirrosis llevan a hinchazón generalizada que es mas evidente primero en los tobillos pero se extiende a las extremidades y dentro del abdomen donde se acumula líquido y la palidez se torna amarillenta.
APARATO RESPIRATORIO.
El alcoholismo disminuye las defensas y al ser eliminado parte del alcohol por los pulmones y en combinación con el tabaco, predisponen a infecciones frecuentes como neumonías, traqueo bronquitis, enfisema o tuberculosis o cáncer pulmonar en forma aguda o crónica. Las vivencias de soledad y desesperanza, falta de disciplina e higiene así como su mal estado de nutrición contribuyen al cuadro.
APARATO CARDIOVASCULAR.
Es conocido el corazón de Münich en los bebedores de cerveza, una dilatación de las cavidades y miocarditis.
PIEL Y MUCOSAS.
Alteradas por el alcoholismo, no solo sufren las mucosas del aparato digestivo e intestinal sino de todas las mucosas del cuerpo y la piel que se reseca y se desprende en escamas por la falta de vitaminas, con vascularización aumentada en ojos a veces lo blanco se pone amarillento por el problema hepático y nariz congestionada, que contribuye al rostro típico del alcohólico y el cuello de color rojo plomizo.
EL SISTEMA NERVIOSO PERIFÉRICO Y CENTRAL:
Los nervios periféricos se inflaman y duelen, producen calambres, picazón, ardor y como gotas heladas y como pierden su envoltura de mielina,(como cables pelados) no son raras las contracciones de 1 musculo o grupos musculares aislados pero constantes. Disminuye la sensibilidad superficial, en los brazos pero sobretodo en piernas, no es rara la pérdida de masa muscular y que al apretar los músculos se compriman los nervios y produzca dolor y grandes molestias. Se puede llegar a no poder caminar o caminar elevando demasiado cada pierna y como de puntitas.
Hablamos ya de la demencia temporal o permanente producida por el alcoholismo, hay deterioro intelectual, moral y social cada vez más marcados conforme el alcoholismo progresa. Se puede dañar el nervio óptico produciéndose neuritis retrobulbar y disminuyendo la visión, ambliopía, hemeralopía o ceguera de noche y dificultad para distinguir colores rojo y verde, lo cual provoca accidentes de tránsito.
El consumo de alcohol aún en cantidades moderadas, no debe mezclarse con la conducción de vehículos o herramientas pues el individuo siente una falsa y exagerada confianza en su destreza, cuando en realidad está disminuida, al igual que la auto crítica quedando abolidas las barreras sociales, la precaución, y en ese estado se realizan actos impulsivos, improcedentes y de alto riesgo como acelerar a velocidades no permitidas. Hay lentitud en la capacidad de reacción al peligro. Con la visión disminuida, con mala adaptación a la obscuridad y la capacidad de cálculo espacial afectadas y un estrechamiento del campo visual, sin poder ver con claridad los espacios laterales, la propensión a accidentes aumenta.
Los accidentes de tránsito tanto en ciudad como en carretera, son mas frecuentes en zonas de fiesta, fines de semana y se producen también por peatones ebrios que no son prudentes, son impulsivos y no reaccionan ante el peligro.
¿Qué causa la adicción al alcohol? No es adicto el que quiere sino el que puede. Se requiere que confluyan dos o varios factores: hay personas mas propensas por expresión genética, por herencia y medio ambiente educativo, mas la oportunidad de obtener y consumir la droga, a desarrollar la necesidad física y psicológica de sentir el placer que le produce el alcohol o cambiar la personalidad favorablemente en las primeras etapas y luego la enfermedad de consumir cada vez más droga, a pesar de las consecuencias, porque ya no basta con la vida común y lo bueno que trae para lograr sentir “ese” placer que proporciona “esa” droga.
Es bien sabido que la propaganda del alcohol dirigida a la niñez y jóvenes da un buen resultado y ésto se muestra estadisticamente en un aumento de los niños en el inicio del consumo, de los jóvenes y las mujeres. Éstas últimas, al igual que los más pequeños que tienen inacabada la madurez de su sistema nervioso, son mas propensas a desarrollar adicción por sus hormonas. La enfermedad del alcoholismo no respeta, edad, sexo, raza o profesión.
El alcoholismo enferma además a quienes conviven con el alcohólico y marca a los hijos para toda la vida, influyendo en su autoestima y hasta en su elección de pareja, se distorsionan sus personalidades y se alteran sus emociones, su conducta y sus relaciones interpersonales.
La decadencia moral y social del alcohólico, la alteración de las relaciones familiares, se extienden al rendimiento laboral que con el tiempo disminuye, siendo común en la historia laboral, el mal ambiente por los desacuerdos, las actas, despidos y quiebras económicas. Como con otras drogas hay un progresivo descenso en la escala social.
Los mitos del alcohol son: que puede ser benéfico para las coronarias, o para enfermos de la presión, que produce energía, que ayuda al trabajo, a los negocios, que abre el apetito o alimenta, hay quien piensa falsamente que si el alcohol ingerido no produce embriaguez no llega a enfermar de alcoholismo. O si el tabaco no se aspira no producirá cáncer.
El alcohol y el tabaco son puerta de entrada para todas las otras drogas sedantes, estimulantes o que producen psicosis y delirio. La combinación del alcohol con otras drogas es ahora la regla más que la excepción. Mientras insistan en separar en las estadísticas Nacionales y Mundiales al alcohol y tabaco, así como en separar criterios, leyes y regulaciones para drogas legales e ilegales no se podrá dimensionar científicamente el problema de ésta pandemia en su magnitud total.
Ciertamente de las ilegales es la mariguana la droga de inicio mas frecuente, y hacia ella están encaminando esfuerzos educativos y preventivos, pero comparada con el alcohol o el tabaco, es de dimensiones mucho mas pequeñas, aunque no despreciables.
Inexplicablemente, como “el elefante en la sala de quien nadie habla”, como grupo social, tendemos a no ver o ignorar los múltiples problemas derivados del uso, abuso y adicción al alcohol. Hasta que sus consecuencias nos afectan directamente.